hablemos de la vida

domingo, 15 de abril de 2007

imaginar la muerte


¿La muerte? ¿Hablar de la muerte? Puesto que todos tenemos asumido que nos vamos a morir tarde o temprano por qué no hablar de ella. ¿Cómo nos afecta saber que un día, que todos esperamos lejano, nuestra vida se va a acabar.

Muchos pensarán que ya llegará y ahora es el momento de disfrutar de las cosas alegres de la vida y de la compañía de amigos y familiares en el día a día.

Otros aprovechan la existencia de la muerte para relativizar las preocupaciones diarias y pasajeras.

Los hay quienes ante la degeneración del cuerpo, la dependencia de otras personas, o una posible invalidez prefieran morir de un infarto. Sin importarle morir solos, en la calle o en el trabajo, sin la compañía del marido o de la esposa o de los hijos, sin la posibilidad de despedirse de ellos.

Las personas creyentes consideran su muerte como un encuentro con Dios al que no verán como juez sino como padre amoroso que los recibe con los brazos abiertos para ofrecerles una nueva vida.

Dos reflexiones finales. Hermann Hess afirmó:

“cuando uno ha llegado a viejo y ha cumplido su parte, la tarea que le queda es hacer en silencio, amistad con la muerte ya que no tiene necesidad de los hombres, ha conocido suficientes”

Y el doctor López Ibor aconsejó:

las personas mayores deben vivir con poca carne (con lo necesario y fácil de digerir), mucho zapato ( un ejercicio que nos esfuerce sin forzarnos) mucha agua ( para mantenernos limpios y sin malos olores) y muchas caricias (dando y recibiendo amor).

A mí me gustaría morir abrazado a mi mujer y rezando un Padre Nuestro

Y vosotros ¿habéis imaginado la muerte?

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posted by mensajero at 15:50

4 Comments:

Es difícil pensar en eso. Pero creo que me gustaría que me encuentre durmiendo. Son peores las enfermedades largas que la muerte en sí, creo. No me susta mi muerte, sino la de mis seres queridos...

16 de abril de 2007, 21:38  

Guadis!, es difícil pensar en la muerte ya que siempre se nos ha enseñado como la antesala de un juicio que daría premio o castigo eterno, ( la filosofía griega hizo mucho daño al cristianismo incipiente) pero la muerte está ahí, viaja con nosotros y un día decide acabar el viaje.
gracias por tu visita
un abrazo

16 de abril de 2007, 22:08  

Con sólo pensarlo, me estoy llorando...
Le tengo miedo al dolor, a la decrepitud, al abandono, a la incomprensión, a las urgencias, a las obligaciones...Todo esto sale a flote cuando un viejo es el próximo a morir y está enfermo.
Me duele pensar en dejar mis afectos.
Sin embargo, ya he dado vuelta la curva de la vida y estoy camino a esa otra que dicen que existe más allá.
Los sofrólogos, en sus experiencias con pacientes sometidos por hipnosis a la regresión al estado embrionario, dicen que en el momento de "nacer" el 90% se resisten. No así cuando se menciona algun dato con el morir.(Esto lo leí hace muchos años en una revista especializada,. Ignoro la veracidad de ello.)

21 de abril de 2007, 17:15  

Diana, coincido contigo, me asusta el dolor, el estar sin estar, el sufrimiento de los demás; pero no me asusta morir. Es ley de vida y confío en otra vida "diferente" después. Seguro que allí nos encontraremos.
Un abrazo

22 de abril de 2007, 18:14  

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